Tipos de conductores

"Tiraje" para Uruguay, "carona" en Brasil, "aventón" en México, "jalón" en Guatemala, "hacer raid" en Costa Rica, "pedir bote" en Panamá... Son algunos de los sinónimos del "hacer dedo" que usamos los Argentinos.


Cuando haces dedo te encontrás con muchos tipos de conductores: algunos cuerdos y otros no tanto.
Están los que te levantan porque les pareciste confiable, los que fueron mochileros alguna vez, los que sienten que su viaje es largo y no se quieren dormir, los que paran porque tienen espacio en su auto/camión, los que quieren darte un sermón sobre la inseguridad y están también aquellos a quienes, simplemente, les gusta ayudarte.
En mi experiencia personal se cruzaron varios...
El primero fue Aiton, un brasileño que me llevó desde Mendoza hasta Cordoba. Él, particularmente denotó ser un tipo noble que cuida a su familia. Las conversaciones variaron entre extraterrestres, Dragon Ball Z, la soja transgénica, el clima, la política y las antenas satelitales.

Enseñanza de Aiton: "Nunca digas nada de nadie si no es para acrecentarla como persona"

Vista desde el camión de Aiton.

Una pareja de viejitos a quienes les parecí muy frágil para estar sola en la ruta, me acercaron veinte kilómetros hasta un cruce de pueblo.

Un ex-viajero Carlos, analista en sistema desde los años 70. Se desvió de la ruta más fácil y rápida, para mostrarme las sierras Cordobesas y me dejó por casualidad enfrente de la "casa loca" que le dió el toque mágico a mi estadía en Córdoba.

Un camionero y su amigo, porteños ambos, nos llevaron a Andrés y a mí hasta San luis. Locos de remate, cuando Andres le dijo al conductor que le quería tomar una foto, soltó el volante y subió los pies al asiento quedando el camión sin conductor temporal, a lo que Andrés se apresuró a tomar la foto lo más rápido posible.

La foto suicida.

Otro camionero me habló de prostitutas y de su ex durante cinco horas.

Un camionero, Valentín, que transportaba vacas. Un genio de la vida, simpático, respetuoso y divertido. Teníamos que parar para ver que las vacas no se sentaran porque se morían. Fue un viaje perfecto.

Un conductor que viajaba solo por trabajo, Hugo, otro tipo noble. Fanático de Colón de Santa fé, nos regaló un paraguas y una remera de Colón...

Lo bueno de viajar son las personas, no solo el paisaje.